Seguimos con las reseñas de LEINN. Esta vez, tenemos «Hazlo», del autor Seth Godin. Esta vez, quiero enfocar la reseña de un modo distinto: a través de ella, me plantearé un reto a mí mismo, fijando una fecha límite. Cuando esta llegue, compartiré mis avances por aquí. Te lo explico.
Índice
Un breve resumen de la obra
Seth Godin es un empresario estadounidense, considerado como uno de los referentes del marketing del siglo XXI. Autor de diversas obras, como La vaca púrpura o Tribus, consideradas como obras emblema del marketing actual.

Hazlo, la obra que estamos analizando, se sale un poco de la norma del escritor, tratándose de un libro puramente enfocado a la acción. En él, Godin nos insta a convertirnos en iniciadores, personas capaces de empezar cosas. Según el autor, las personas que destacan son aquellas que toman decisiones y emprenden acciones, asumiendo el riesgo que ello conlleva.
«El ser humano necesita un mapa por naturaleza. De modo que si te atreves a dibujar uno, la gente te seguirá.»
Seth Godin
El ego es un motor para iniciar
El ego, esa parte de nosotros tan difícil de explicar, es un gran motor para empezar cosas. Sin ir más lejos, mi ego, lo quiera o no, está contribuyendo a escribir esto. Ya sea por conseguir visitas o plasmar mis ideas, hay ego en la acción de escribir y compartir.

En las personas que inician cosas, ese ego es una herramienta, un combustible que aviva la llama de la curiosidad. Porque, iniciar va más allá de ser creativo o tener buenas ideas. En palabras de Godin: «La diferencia entre una persona creativa y un iniciador es que este último no descansa hasta hacer algo, mientras que la primera se contenta con entenderlo.»
También hay ego en las empresas (en ocasiones, demasiado). Según Seth, «Las nuevas empresas disruptivas funcionan por proyectos novedosos, no por líneas de negocio escalables.» Steve Jobs fue capaz de reflotar Apple porque se centró en los proyectos, en re-iniciar pocas cosas, pero de calidad. Hoy en día, la forma más fácil de despuntar consiste en ofrecer al mundo una respuesta disruptiva, como han hecho Netflix, Airbnb o Tik Tok.
«Si no encuentras una respuesta clara, quizá signifique que lo que tienes que hacer es algo nuevo.»
Seth Godin
Ser promiscuo en los fracasos
Esta es la idea más provocativa del libro, aunque, básicamente, es otra forma de decir que fracases mucho. Un iniciador debe ser capaz de no temer al fallo y, hablando en plata, cagarla mucho.
«Cuando el coste de intentarlo es inferior al coste de no hacer nada, entonces deberías intentarlo.»
Seth Godin
Al igual que eres promiscuo en otras cosas (en cambiar de restaurantes, obviamente), empieza a dedicar tu tiempo a fracasar y aprender. Aunque, si aciertas a la primera, tampoco hace falta que te tortures. Tómate un Daikiri y disfruta.
El iniciador que llevo dentro
He de reconocer que me encanta empezar. Mantener y persistir me cuesta un poco más, pero nadie es perfecto (excepto Ronaldo, ese tío lo tiene todo). Dado mi afán por iniciar cosas, voy a aprovechar el libro para retarme.
De aquí a una semana, voy a iniciar un pequeño proyecto que tengo entre manos. Se trata de diseñar posavasos, a partir de tronquitos de árbol, decorados con mis dibujos. He aquí una muestra:

Ya tengo la materia prima (unos 25 tronquitos), por lo que queda darles vida y enseñárselos al mundo. Mi idea es crear un Instagram donde exponer los productos, con lo que ello conlleva: logo, branding, diseño, etc. Y, para no dejarlo todo a mitad, me comprometo a compartir lo hecho y aprendido en este mismo post.
Este es el reto #Hazlo, o #iniciador, o #yolointentoaverquepasa. Si hay leinners leyendo esto, os animo a intentarlo. Básicamente, consiste en lanzar y hacer realidad una idea, en un plazo de una semana (y, si os atrevéis, a compartir los resultados).
Si queréis saber un poco más de la obra, os dejo el enlace por aquí:
A partir de aquí, empezamos el reto. El domingo que viene subiré los resultados, pero, si quieres estar al tanto, suscríbete a la newsletter (puedes hacerlo al final de este post) y te informaré en cuanto suba los avances. Además, si te suscribes ahora, seguramente no te regale un curso para ser rico y famoso, pero quién sabe.
Lo dicho, me pongo a trabajar. Si te ha gustado el prototipo y quieres seguir los avances, estate atento a mi Instagram, donde subiré cómo va desarrollándose el proyecto.
¡Nos vemos el domingo 31 de enero!
Actualización: 31 de enero de 2021
Pues ya estamos aquí. Ha pasado una semana desde que inicié el reto, por lo que es momento de medir los resultados. Veamos lo que he conseguido en 7 días de trabajo.
El domingo que lancé este post me dediqué a crear las redes sociales del proyecto. Para ello, tenía que encontrar un nombre. Tras una larga búsqueda (de unos 10 minutos), me topé con el nombre perfecto: Kumu, es decir, tronco en hawaiano.
A continuación, me dispuse a crear el logo y la tipografía. El resultado está muy alejado de lo profesional, pero me gustó el concepto:


Tras este copioso trabaja para ser domingo, descansé. Al día siguiente (lunes, para los despistados), comencé a pintar y dibujar sobre los troncos. En resumidas cuentas, esto fue lo que hice:
- Hice un par de muestras de los troncos: para ello, apliqué una base de pintura y, luego, dibujé encima. De esta forma, evitaba la rugosidad de la madera y podía dibujar mejor.
- Compré un bote de barniz, para aplicar sobre los troncos y volverlos impermeables.
- Redacté y completé la hoja de ingresos y gastos (hasta el momento, de gastos…).
- Y, lo más importante, decidí ofrecer 3 packs:
- Pack Posavasos: con un tronco decorado. Simple y llano.
- Pack Decoración: con un tronco y un adhesivo para pegar a la pared.
- Pack Perchero: con un tronco, adhesivo y un perchero incorporado al tronco.
La verdad sea dicha, el lunes trabajé bastante. El martes me dediqué a buscar bolsitas donde enviar los troncos y a seguir pintando. Y, como soy un poco desastre, me olvidé de apuntar todo mi trabajo desde el martes hasta hoy. Pero, digamos que pasé el rato pintando y barnizando (tengo el escritorio hecho un vertedero, doy fe).
Finalmente, esta mañana de domingo he lanzado oficialmente el Instagram de Kumu. Así ha quedado:
Y, básicamente, este ha sido el resultado del reto. Pero, no quiero sacar conclusiones sin antes enseñaros algo que pocos hacen: el dinero. No sé si debería hacer esto, pero me gustaría ser transparente. Estos han sido los gastos e ingresos del proyecto durante la primera (y única) semana:

Conclusiones
Al empezar el reto, me puse el objetivo de tener el proyecto en marcha a una semana vista. Visto así, puedo decir que el trabajo está hecho, lo que no quita que podría haber hecho algo más.
He estado un poco ocupado con distintos proyectos de LEINN, los cuales también requieren mi tiempo. Además, no he estado muy motivado esta semana y no quería forzar las cosas, solo trabajar a mi ritmo. A través de Clockify, una aplicación para medir el tiempo de trabajo, he podido calcular mi rendimiento:

Han sido 8 horas durante una semana, consiguiendo una venta y finalizando unos 14 troncos. Como ves, no he invertido demasiado tiempo, pero creo que el retorno ha sido positivo.
Los siguientes pasos serán invertir tiempo en el marketing del producto y seguir produciendo tronquitos. No descarto actualizar el post si el proyecto avanza, avisándolo previamente por la newsletter (puedes suscribirte en el formulario, al final del post).
Por lo que a mí respecta, solo me queda seguir trabajando. Os dejo el Instagram de Kumu, por si os ha gustado algún diseño. En las historias destacadas están los troncos disponibles y, recordar que, por motivos de envío, solo está disponible en la Península.
Si tenéis cualquier duda, estoy a vuestra disposición en los comentarios. Hasta entonces, echadle un ojo a los troncos. 😉
Un saludo,
– Javier